Tiempo de Libélulas
"Para que la filosofía no responda simplemente a una pedantería o a un esnobismo, yo creo que ha de nacer de las catástrofes personales. Es decir, a todos algún día nos pasa una cosa que nos convierte en filósofos: la muerte de una persona amada, el fracaso de un proyecto profesional, la derrota de una esperanza política. Al que le va todo bien, no ha terminado de ponerse a pensar nunca, porque no le hace falta: las cosas van sobre ruedas y no piensa. Pensamos cuando de pronto algo no funciona, cuando algo nos despierta. Una pesadilla nos ayuda a pensar, entonces recurre a la filosofía el que está estremecido por un fracaso, por una derrota, por un horror".
Fernando Savater, La aventura del pensamiento.
No es necesario un mundo de incertidumbre y desolación para adentrase a la aventura de pensar, tan solo basta una imagen o una lectura que confronte nuestras creencias para posicionarnos frente al espejo y ejercer nuestro innato ser filosófico y bucear en el mar interior. Lo que me parece una certeza es que hay diferentes formas de despertar. Toda persona que aviva sus sentidos está propensa a estremecerse por un fracaso, una derrota, por un horror. En cambio, las catástrofes solo se pueden escribir cuando se estuvo dentro.
Las libélulas son los insectos más fascinantes de la naturaleza, gustan del agua dulce y entre sus características destaca un par de ojos supersónicos, es decir, posee cerca de 30.000 lentes. Con una visión de 360º su cerebro puede descifrar, recibir y detectar hasta el más mínimo movimiento que tenga a su alrededor. Además su resistencia es inigualable, es capaz de ascender alturas de más de 6.000 metros para observar todo su entorno. Suele hacer viajes migratorios, oceánicos de grandes dimensiones, nace en zonas de lluvia de ahí su evolución para el cambio. Este pequeño animalito tiene una capacidad de vuelo sobresaliente, sabe equilibrar los vientos o las condiciones climáticas que van sucediendo durante su viaje. En casi toda civilización la libélula simboliza: auto realización, transformación, victoria. Presagios positivos al cruzar la tormenta: madurez y profunda comprensión del significado de la vida.